Curiosidades de los Juegos Olímpicos: Pato a pato
En los juegos de Amsterdam de 1928, participó un carpintero australiano llamado Henry Pearce que era un remero excepcional. Con gran pericia, a pesar de sus jóvenes 22 años, Pearce tuvo los mejores tiempos en cada prueba clasificatoria de a categoría individual de remo.
El 10 de agosto, durante la final, el australiano llevaba una notable diferencia al segundo, el estadounidense Ken Myers. Tan amplia era su ventaja, que a poco de alcanzar la meta Pearce frenó para permitir el cruce de una familia de patos.
A pesar de su ecológico gesto, el australiano ganó la carrera con holgura. Además del oro, la actitud de Pearce debió haber recibido una medalla de Greenpeace.